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Speculative natures: this changes everything

Program of the workshop Speculative Natures, organised by the ehColab in Murcia, January 2025. Author: Miguel Mesa del Castillo.

My colleagues from the ehColab in Murcia, Juanma Zaragoza and Miguel Mesa, invited me to participate the workshop ‘Speculative Natures’, organised in the frame of the Ant-Mentalhealth project, and facilitate a participatory activity. When I asked what they expected from the session, their framing was: we want to explore what it means to consider natures as people, as subjects with rights, what does it change? We are triggered by the experience of the Mar Menor being granted the legal personhood status, but we dont want to bound the session to this place.

The first thing that came to my mind was the session ‘Systems sensing in organizational complexity’ in the Transformations conference 2023 in Prague I had the pleasure to join. It was facilitated by Justus Wachs & Luea Ritter and focused on what they call systems sensing: ‘a visceral aptitude that draws on innate human capacities for being in relation with, listening deeply to, and momentarily embodying the elements of a system’. This quote is extracted from a paper they published in the Social Innovations Journal systematizing their experience, which I was immensely happy to find and get inspiration from. This post is meant to be a record of how I adapted their methodology for anyone interested in using it in the future.

A second source of inspiration was brought by Juanma, who is a huge expert in Bruno Latour. It’s the methodology developed by the consortium Où atterrir ? to explore new ways of describing territories as holobionts, by describing dependencies composing locals with distant peoples and activities, who might be threatened by those dependencies without us knowing.

Connecting these two methods, I planned a session in two parts, moving from an embodied experience towards a structured dialogue. The first part was meant to explore the question: futures in which ecosystems are people, how do they look like? Following Justus and Luea, we started with some exercises from Theory of the Oppressed to tune up our bodies and sensory capacities. Moving throughout the room, participants were invited to shift a few times back and forth from their inner attention towards the group and the room. Then they played with different walking paces and with stopping to talk with one person while keeping their attention to the group.

After warming up, we entered a guided visualization inspired in constellations as described by Justus and Luea in their paper. Participants chose a place in the room from which they jumped to another spot to visualize a concrete territory in which ecosystems are people. The exercise was repeated several times, following these questions:

  • Observe: How is this territory? Where does it end? What’s in there, what beings, entities or things? How are their relations, their dependencies?
  • Feel: How are you related to this territory? Are you close or far away? Are you an observer or a participant? What does this territory mean to you?
  • Speculate: What resources and material, affective, political agencies do ecosystems-persons have in this territory? maybe there are people willing to take care of them, or institutions that protect them…
  • Analyze: What are the resistances to ecosystems being considered and cared for as people? maybe there are groups feeling marginalized, lobbies exerting pressure, legacies of the past…
  • Jump: make a movement that symbolizes for you the lever that allows this territory to exist. When you arrive, explore for a few minutes how is the path to arrive to this territory…

The journey was done individually and in silence. Participants could move and make noises, but the idea was avoiding talk to give space to other types of information. After the last jump, they were invited to draw together in a wall paper, still in silence, whatever they liked to capture their experience.

The second part opened a collective conversation about: What changes do futures in which ecosystems are people bring forth and how do we drive them forward? Here we drew on the four-quadrant method of Où atterrir ?, rephrasing categories in:

  1. Philosophical, political, scientific, artistic transformations
  2. Resistances, barriers and push backs
  3. Resources, agencies and actions that can be activated as levers
  4. Uncertainties, known unknowns, questions that arise

We spent some time discussing and reframing the categories before entering the conversation. I did not audio record and cant really summarize the discussion 2 months later. I recall the 1 hour time felt quite short, as there’s much to discuss on this new matter of concern. I also remember one of the final sentences from Juanma, that really gives me hope: to me, this changes everything.

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Nuevo artículo: Historias sobre co-respons-habilidad en tiempos de polarización ambiental

Este es quizás el artículo con el que más me identifico de todos los que he escrito. Estoy muy orgullosa del proceso de co-producción de conocimiento co-liderado con Paula Zuluaga Guerra en el que exploramos la disputa sobre la eutrofización de la laguna del Mar Menor en Murcia. También estoy contenta con el marco teórico y el análisis que presento en este artículo, mi primer trabajo como única autora. El artículo está publicado en Ecology & Society (¡acceso abierto!), como parte de un número especial sobre co-producción de conocimiento en conflictos ambientales, en el que al menos 10 artículos más se publicarán en los próximos meses.

En el artículo sostengo que la polarización, entendida como un proceso político y relacional de división que se extiende a múltiples esferas de la convivencia social, se está convirtiendo en un obstáculo para la gobernanza ambiental y las transformaciones hacia la sostenibilidad. Para respaldar mi argumento, describo el proceso de polarización en la crisis del Mar Menor como un entrelazamiento gradual de diferencias epistémicas, políticas y afectivas que se han ido agrupando en dos identidades sociales divergentes, “salvadores de la laguna” y “negacionistas de la laguna”, confrontando la responsabilidad de las actividades agrícolas en esta crisis.

Luego me enfoco en la pregunta de cómo la co-producción de conocimiento puede abrir caminos transformadores en entornos altamente polarizados como el del Mar Menor. Para ello, sugiero que la co-producción se concentre en la transformación relacional en lugar de en generar algún producto de conocimiento concreto como un modelo. Basándome en teóricas relacional-procesuales y afectivas, sugiero que la transformación relacional requiere prestar atención a cómo las diferencias emergen y se transforman dentro de las relaciones afectivas en encuentros de conocimiento. Esta perspectiva sobre la co-producción asume que: i) conocer es un proceso relacional de creación de significado, ii) las emociones y los afectos son la sustancia relacional desde la que surgen nuevos significados y iii) una perspectiva de disenso para “hacer la diferencia juntos”, usando la expresión de Helen Verran.

Nuestro proceso de co-producción de conocimiento en el Mar Menor se inspiró en un ethos feminista de los cuidados y en el enfoque de los Laboratorios de Transformación, especialmente en el que organizó un gran equipo de académicos transdisciplinarios en el humedal de Xochimilco en la Ciudad de México. Combinamos ideas de esta experiencia con otras herramientas de participación y transformación de conflictos en un proceso abierto de investigación colectiva en cinco fases, cada una con un resultado relacional esperado. Para analizar la transformación relacional a lo largo del proceso, me inspiro en el concepto de difracción propuesto por Donna Haraway y Karen Barad, como una metáfora alternativa a la reflexión. La difracción no trata de reflejar una realidad objetiva que existe ahí fuera sino que se enfoca en los patrones de interferencia, en cuándo las diferencias importan, cuándo algo cambia en el sentir de los cuerpos, en cómo las cosas son percibidas y narradas y en los efectos de esos cambios en las demás, incluidas las investigadoras.

El análisis difractivo me ayudó a comprender cómo el patrón polarizante se expresaba dentro del grupo de participantes como ciclos de enmarque del problema, culpabilización y evasión de responsabilidades, una trampa de la responsabilidad. ¿Cómo pasar de la responsabilidad como trampa a la respons-habilidad, o capacidad de respuesta, como una cualidad relacional de hacernos cargo de los problemas, tal como sugiere Donna Haraway? En el artículo identifico los momentos en los que la trampa fue desafiada o desplazada hacia un patrón diferente, más co-respons-able, gracias a: reconocer la laguna como una cuestión de cuidados (matter of care) compartida, resaltar cómo el conocimiento nos afecta, encarnar narrativas polarizantes, exponer las incertidumbres en hechos controvertidos y demostrar que se pueden tomar acciones incluso bajo condiciones de incertidumbre.

Este trabajo destaca el potencial de los enfoques relacional-procesuales para abordar problemas ambientales complejos. Enfocándonos en las diferencias, los afectos y la co-respons-habilidad, podemos crear acuerdos parciales y caminos para una colaboración débil pero posible dentro del disenso. Espero que contribuya a las discusiones sobre cómo avanzar en la transición ecológica en medio de la discordia.

Aquí un resumen gráfico del proceso y mis principales aprendizajes:

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New paper: Tales con co-response-ability in times of environmental polarization

This might be the first paper I’ve ever truly written. I’m really proud of the knowledge co-production process co-led with Paula Zuluaga Guerra to explore the dispute over eutrophication of the Mar Menor lagoon in Murcia, Spain. I’m also happy with the theoretical framework and the analysis I present in this, my first sole author, article. The paper is published in Ecology&Society (open access!), as part of a Special Feature on knowledge co-production within environmental conflicts in which at least 10 more papers will be published in the upcoming months.

In the paper I argue that societal polarization, understood as a political and relational process of division that extends to multiple spheres of social coexistence, is becoming a hindrance to environmental governance and sustainability transformations. To substantiate my argument, I describe the process of polarization over the Mar Menor eutrophication as a gradual entanglement of epistemic, political and affective differences into two divergent social identities, ‘saviours of the lagoon’ and ‘denialist of the lagoon’, who confront the responsability of agricultural activities in the lagoon’s crisis.

I then focus on the question of how knowledge co-production can open transformative avenues within highly polarized environments such as the Mar Menor. For this purpose, I suggest that co-production focusses on relational transformation rather than on generating particular knowledge outputs. Drawing on relational-processual and affect theorists, I suggest that relational transformation requires placing attention on how differences emerge from and are transformed within affective relations in knowledge encounters. This stance on co-production assumes that i) knowing is a relational process of meaning making, ii) that emotions and affects are the relational substance out of which new collective meanings emerge and iii) a dissensus perspective for ‘together doing difference’, using Helen Verran‘s expression.

Our knowledge co-production process in the Mar Menor was inspired by a feminist ethos of care and by the Transformation Labs approach, specially the one organised by a great team of transdisciplinary scholars in the Xochimilco wetland in Mexico city. For our process, we combined insights from this experience with other participation and conflict transformation tools in an open ended process of collective inquiry in five phases, each phase having an expected relational outcome. To analyse relational transformation along the process, I take inspiration on the concept of diffraction as proposed by Donna Haraway and Kared Barad.

The diffractive analysis helped me understand how the polarizing pattern was expressed within the group of participants as cycles of framing, blaming and eluding rensponsibility, a responsibility trap. How then to move from responsibilty as a trap to response-ability as a relational quality, as suggested by Donna Haraway? I identify those moments in which the trap was challenged or shifted to a different co-response-able pattern by recognizing the lagoon as a shared matter of care, foregrounding how knowledge affects, embodying polarized narratives, exposing uncertainties in contested facts, and demonstrating that action can be taken even under uncertain conditions.

This work highlights the potential of relational-processual approaches in addressing complex environmental challenges. By focusing on differences, affects and co-response-ability, we can create partial aggreements and pathways for weak yet possible collaboration within dissensus. I hope this study contributes to ongoing discussions about finding ways to advance sustainability transformations amidst discord.

Here a graphical summary of the process and learnings:

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Pensando con el Mar Menor: ¿Sujeto revolucionario?

En este post comparto algunas ideas que desarrollamos con mi amigo Eduardo Serrano, arquitecto, urbanista, pensador crítico y atípico, activista de la Casa Invisible, y una larga cola de adjetivos admirativos, en unas charlas Bilbao-Málaga durante 2023. Nos invitaron a escribir algo para el seminario ‘Paisajes de abandono’, organizado por Gabriel Gatti e Iñaki Rubio del grupo Kontu Laborategia, que ha acabado en un capítulo (download preprint) del recién publicado libro ‘Contar el abandono. Paisajes de un mundo en ruinas‘.

La invitación fue a relacionarnos con la idea de abandono, que Gabriel Gatti ha desarrollado ampliamente a partir de su trabajo sobre desaparecidos, enfocando el Mar Menor como paisaje de abandono. Y entramos a navegar con esa brújula pero pronto se nos desnortó y nos fuimos por otros derroteros. Porque ¿Cómo puede comprenderse que el mayor conflicto ambiental del estado español de los últimos años, con los partidos mayoritarios confrontados, los científicos divididos y la sociedad fracturada haya conseguido declarar a la laguna y su cuenca sujeto de derechos? En el texto exploramos la contraposición entre una cartografía de abandono y otra de afectos, y creo que la clave para entender este territorio está en no evitar ni tratar de solucionar las profundas paradojas que hacen del Mar Menor lo que es. Cuanto más lo pienso más coincido con aquello que escribimos “el Mar Menor es una singularidad notable por la concentración de agudos problemas, pero también por las oportunidades que paradójicamente esos problemas abren“.

La nueva ley de personalidad jurídica del Mar Menor tiene un enorme reto por delante, crear la primera estructura de gobernanza participativa de un ecosistema como sujeto de derechos en Europa. Nadie sabe muy bien cómo va a resultar la que puede ser la mayor innovación política de lo que llevamos de siglo, está todo conformándose, los comités, las portavocías, las relaciones, los mecanismos. Escribíamos: “El trabajo con el Mar Menor y su comarca tampoco es recuperar una supuesta armonía ecológica ni un modo de vida pasado que ahora se nos antoja idílico. Es encontrar y activar potencias de las vidas que, ahora maltrechas y fragmentadas, habitan la laguna, muy probablemente generar un nuevo socio-ecosistema. En ese sentido el Mar Menor podría hacer valer su no humanidad como terreno neutral, pero radicalmente decisivo, por lo que todes nos jugamos, para una especie de pacto social entre las diversas gentes del territorio donde ostenta el principal protagonismo: ocasión para una nueva vida y para el aprendizaje de un nuevo modo de vivir, un vivir-con (Haraway, 2019)”

Esto nos llevó a especular con la idea de Gaia (a la Latour) como sujeto(s) revolucionario(s) más-que-humano(s), con el Mar Menor como instancia singular de estos nuevos sujetos, en al menos cuatro sentidos. Primero, y quizás más evidente, hay un “sentido político puesto que implica subvertir las relaciones sociales bajo la hegemonía del capitalismo como modo histórico de ser ecosocial”, que ha puesto a tantos territorios al servicio de la producción bajo una lógica de plantación tal como la discuten Ting y Haraway en este diálogo con Mitman. Pero, ojo, segundo, los procesos en Gaia tienen cierta autonomía respecto al juego político humano,“no podemos simplificar y asimilar la condición revolucionaria de Gaia a una especie de anticapitalismo”. El reconocimiento creciente de que las tormentas desatadas son difícilmente controlables, por ejemplo la eutrofización del Mar Menor que cuenta con altas dosis de incertidumbre, está desmoronando la idea moderna de dominio de la naturaleza. Tercero, hay también un sentido existencial, un cambio en las sensibilidades de la época que hace que el abandono del Mar Menor ya no sea una opción para la mayor parte de la población. Cambio derivado del reconocimiento de los vínculos que unen habitantes y laguna, “este vínculo nos interroga y nos demanda una autotransformación, un deseo de devenir otres para re-aterrizar en un lugar difícil de dibujar donde laguna y humanos puedan co-existir (Latour, 2017)“. Cuarto y último, los saberes también están cambiando y surgen nuevos aparatos teóricos y prácticos para una “agenda científica que «escucha» a Gaia“.

Sin duda una idea atrevida y que requiere de más exploración. Por ahora nuestro textito.

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Pensando con el Mar Menor: la pregunta y el problema

Han pasado tres años desde que mis pies tocaron por vez primera las cálidas aguas de la laguna salada en la costa murciana. También han pasado muchas cosas. Mi intención era usar este blog como herramienta para pensar-con el Mar Menor a medida que la investigación avanzaba. Por diversos motivos no he logrado hacerlo hasta ahora, cuando el trabajo de campo está concluido y ando elaborando los resultados en varios artículos en inglés. Así que quiero escribir una serie de posts en castellano que den cuenta del proceso, los dilemas y aprendizajes por el camino.

Cuando comencé en enero de 2021 escribí un esquema de investigación que contenía preguntas y objetivos, no muy articulado, lo justo para arrancar. Partí de una pregunta metodológica:

How to co-produce knowledge on wicked social-ecological issues characterized by severe ecological degradation, multi-actor conflict, social polarization and deep power asymmetries?

¿Cómo se puede co-producir conocimiento sobre problemas socioecológicos ‘wicked’, caracterizados por la degradación ambiental severa, el conflicto multiactor, la polarización social y fuertes asimetrías de poder? La pregunta ya me predisponía a explorar los CÓMO, los métodos, las tácticas, las prácticas, eso que había aprendido en mis dos años en Wikitoki y tanto les gusta a los amigos de Colaborabora. También en la formación en facilitación de IFACE cuyas herramientas quería trasladar a mi ámbito de investigación.

En concreto, lo que me interesaba era explorar la transformación de conflictos ambientales y su relación con eso que llamamos ‘conocimiento académico’ (en singular es obviamente engañoso). A un segundo nivel, estudiar la relación entre las experiencias afectivas del Mar Menor, el conocimiento del mismo y el conflicto social.

En ese momento partí de conceptualizar la eutrofización del Mar Menor como un ‘wicked problem’, siguiendo literatura reciente en el ámbito internacional en esta línea. El concepto de wicked problem fue propuesto Rittel y Webber (1973) para nombrar aquellos problemas que son difíciles de resolver. Venían de la ingeniería de sistemas donde las funciones de optimización son modus operandi. Se dieron cuenta que algunos problemas no respondían a su lógica optimizadora y, al ponerse a pensar sobre ellos, llegaron a definirlos a través de 10 características. Y con ellas, los construyeron en el imaginario investigador, expandiéndose pronto a distintos ámbitos de la planificación y las ciencias ambientales donde los problemas tienen múltiples dimensiones y escalas interconectadas y, por mucho que lo hayamos intentado, tampoco se resuelven con ecuaciones.

Sin embargo, mi lista de características descriptivas del problema social en torno al Mar menor iba bastante más allá de lo que Rittel y Webber plantearon. Y lo que encontré cuando me sumergí en el territorio fue mucho más. De hecho hoy pienso que es un concepto que se queda corto, aunque sirve para enmarcar una parte del problema. También se queda corto otro concepto que me ha influido mucho en mi vida académica y el de problema postnormal (Ravetz y Funtowick 1990), aunque sin duda las incertidumbres, los fuertes intereses en juego y la urgencia del problema son elementos importantes.

Hay elementos más profundos en el Mar Menor que apenas estoy empezando a nombrar y que tienen que ver con los vínculos con la laguna, el impacto afectivo de la eutrofización en la sociedad murciana, la falta de gobernanza o incluso el desgobierno, la tensión entre partidos políticos mayoritarios, la fragmentación social y territorial, y las desigualdades. En medio de esta madeja se encuentra el conocimiento académico, las controversias y las incertidumbres asociadas, instrumentalizadas por el conflicto, reforzando la polarización. Y otra capa de refuerzo: la campaña desinformación y negacionismo orquestrada por la extrema derecha, financiada por los que no quieren moverse ni un palmo de su lugar, que gana más y más adeptos en el Campo de Cartagena (como en el Egido y en Huelva, enclaves con ciertas resonancias).

Tratando de describir el contexto Mar Menor para el último artículo, me sumergí en la literatura de polarización. Se distingue entre polarización temática, ideológica y afectiva, y hay bastante debate sobre si están o no relacionadas. Debate que a mi me sorprende, porque me parece imposible que no lo estén, al menos en el Mar Menor. Me interesó mucho el concepto de cámaras de eco de C. Thi Nguyen, por su capacidad descriptiva de los mecanismos de refuerzo de la polarización: creación de confianza y narrativas compartidas intracámara, deslegitimación activa de narrativas extracámara. Más aún me interesó otro que dialoga con él, el de búnkeres epistémicos de Katherine Furman, porque señala la dimensión afectiva de estas cámaras: en ambientes hostiles, y hoy vivimos permanentemente en ellos, buscamos espacios en los que sentirnos seguras para compartir nuestros valores y opiniones abiertamente. El problema es que tienen fronteras y mecanismos que dificultan salir del bunker una vez que entras. Esto resuena también con la psicología social de los conflictos intratables que describen Halperin y Sharvit en un libro homenaje al legado de Daniel Bar-Tal. Si bien esta teoría se desarrolló a partir del análisis del conflicto Israel-Palestina, la idea básica es muy similar: hay un ‘ethos del conflicto’ que se autoperpetúa a través de la formación de creencias divergentes en torno a la legitimidad, la confianza y la unidad (nosotros vs vosotros) junto a orientaciones emocionales que las sostienen. Cuanto más concibamos al otro como del otro bando, más polarización y fragmentación, más reducción de la multiplicidad de posiciones y diferencias a dos únicas, confrontadas, identidades sociales.

Creo que algo de todo esto hay en el Mar Menor: hay dos bandos de actores sociales enfrentados, cada uno amparado en distintos niveles y partidos de gobierno, cada uno movilizando conocimiento experto para reforzar su narrativa y deslegitimar la de enfrente. Hay también fuertes asimetrías de poder, con algunos actores que ostentan mucho y se resisten al cambio, y otros que están en situación muy precaria y son prácticamente invisibles, especialmente los trabajadores migrantes. Hay duelo, tristeza, rabia y frustración por la situación de la laguna, y también victimismo y agravio, defensiva y negación. Y también hay mucha gente haciendo cosas, cuidando la laguna, cambiando sus prácticas, luchando por su reconocimiento como sujeto.

En 2022 concebí el Mar Menor como un laboratorio del Antropoceno/Capitaloceno/Chthuluceno, usando la triada propuesta por Haraway. Hoy casi que deseo que no sea laboratorio sino excepción, que no se multipliquen ni se expandan situaciones de tal complejidad porque traen mucho dolor y son (casi)imposibles de transformar hacia horizontes de más equidad y justicia social y ambiental. Al menos desde la mentalidad política predominante a la que le aterra la participación y la democracia.

A no ser que haya una revolución. Y quizás el Mar Menor la esté trayendo y no nos demos cuenta aún. Lo cuento en el próximo post.

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Ecotono: compartiendo diálogos sobre el Mar Menor

Todo lo que empieza acaba y a mi investigación en el Mar Menor le va tocando cerrar. Después de dos años y medio de intenso trabajo de campo, ahora llega un tiempo de reposo, lectura, digestión, análisis y escritura.

Eso sí, hemos hecho un esfuerzo por compartir el proceso y los primeros resultados. Con mucha alegría publicamos la web del proyecto Diálogos Compartidos / Shared Dialogues, que culmina la investigación participativa y la expande con una exploración de herramientas visuales para contar algunas de las reflexiones que hemos recogido o provocado en nuestros encuentros.

Además, escribimos dos breves textos que recogen las conclusiones principales de la investigación respecto al problema del Mar Menor y respecto a cómo fomentar la participación social.

Por último, la guinda del pastel, una preciosa publicación que recoge las historias que hemos elaborado junto a la artista visual Josune Urrutia y mis compis de investigación Paula Novo, María Mancilla, Marcela Brugnach y Paula Zuluaga. Después de darle muchas vueltas la llamamos Ecotono pues al ordenar las historias buscamos esas zonas intersticiales en las que friccionan las dicotomías respecto a lo que se dice, se siente y se hace en el Mar Menor. Esperamos que os guste.

Imagen del cangrejo azul. Josune Urrutia.

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Why uncertainty matters in environmental degradation? The Mar Menor case (VI)

Our latest paper analyzes the narratives and uncertainty surrounding the dispute over the overfertilization of the Mar Menor lagoon in Spain. Harmful algal blooms, dead zones, and fish kills are the results of eutrophication – a process that occurs when the environment becomes enriched with nutrients, mostly nitrogen and phosphorous, increasing the amount of plant and algae growth to estuaries and coastal waters.

The Mar Menor lagoon is a protected aquatic area in Southeastern Spain that has been receiving nutrients from poor sewage systems and fertilizers over the last five decades. Early in the 2000s, scientists started warning that the lagoon could become eutrophicized. In 2016, its waters turned green when algal blooms killed off 85% of the vegetation on its seabed. Later in 2019, an event of anoxia – depletion of oxigen in the water – produced tons of death aquatic biota.

In this study, we explored the narratives that explain the causes and potential solutions to the lagoon’s crisis. Results show two increasingly polarized narratives that deviate in the causes for nutrient enrichment and the type of solutions seen as effective: (1) intensive agriculture is the main driver for the Mar Menor eutrophication; and (2) the lagoon has many and complex pressures, agriculture is only one of them.

We further analysed the role of uncertainty in this polarization dynamics. Findings revealed how different uncertainties are mobilized to dispute the centrality of agriculture, like the lack of data on water and fertilizer use or a scientific controversy over the contribution of groundwater to nutrient discharges to the lagoon.

This research contributes to understand eutrophication as an intertwined social-ecological phenomena and how knowledge generation can contribute to sharp polarization. We conclude that different inter- and transdisciplinary approaches may be needed to collectively unpack existing uncertainties.

Cabello, V., Brugnach, M. Whose waters, whose nutrients? Knowledge, uncertainty, and controversy over eutrophication in the Mar Menor. Ambio 52, 1112–1124 (2023). https://doi.org/10.1007/s13280-023-01846-z

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¿Una asamblea multi-especies para el Mar Menor? (V)

En los primeros meses de 2023 ha tenido lugar un curso muy especial coordinado por Juan Manuel Zaragoza de la Universidad de Murcia. Su título, ‘Herramientas de participación ciudadana en procesos de transición ecosocial. El caso del Mar Menor‘. Su programa, una innovadora composición de sesiones sobre cómo describir, representar y participar en la transición del Mar Menor. Más de 40 participantes han mantenido la energía y el entusiasmo a lo largo de nada menos que 8 fines de semana de duración. Ojalá la universidad fuera más a menudo así de emocionante. Aquí más detalles:

Tuve el placer de co-organizar la última sesión junto a Alba Ballester y Pablo Rodríguez Ros. Trazamos un experimento de Asamblea Ciudadana siguiendo la teoría que ya habían aprendido con Ernesto Ganuza la semana anterior. Para simular la selección por sorteo, repartimos 25 roles que representaban personas diversas del territorio y no solo eso, también otros habitantes no-humanos: el caballito de mar, la lechuga del Campo de Cartagena, el cangrejo azul, la propia laguna…El resto de participantes podían ser elles mismes. Y nos metimos a deliberar sobre el siguiente mandato:

Un Mar Menor menos eutrofizado ¿Qué cambios se tendrían quedar?

Lo hicimos por temas que se relacionan con la eutrofización de la laguna: la agricultura, la producción animal, el urbanismo y las aguas residuales, las inundaciones y la conservación de la biodiversidad lagunar. Usamos un marco de teoría del cambio por el cual las recomendaciones de cambios podían ser estructurales, culturales, relacionales o individuales ¿Adivináis hacia donde fueron las recomendaciones? La mayoría se centraron en cambios estructurales relacionados con el cumplimiento de la legislación vigente y con el cambio de modelo agrario y territorial. Algunas de ellas tocaban aspectos culturales y relacionales. Tan sólo una fue dirigida a cambios individuales. Interesante ¿No?

Las personas participantes del curso representaron muy bien sus roles, se metieron en su piel, incluso en aquellos que representaban visiones muy distintas a la suya propia. Y ocurrió lo que esperábamos: surgieron las diferencias, el conflicto. Unos grupos llegaron a producir recomendaciones, otros no. Lo importante en realidad era la dinámica grupal para poder reflexionar sobre las oportunidades y retos de este formato de deliberación ciudadana en contextos de alta contestación social como el Mar Menor. Por la tarde hicimos un análisis colectivo de lo que había pasado y salieron temas muy potentes que tendremos que analizar con calma (viene un libro sobre este curso!). Algún apunte que tomé:

  • Se dieron dinámicas de rango y marginación hacia personas que tomaron roles del sector agrario. Por ejemplo una participante, que representó una mujer ecuatoriana trabajadora en una empresa de empaquetado de lechugas, trajo con mucha fuerza las formas en que se había sentido discriminada. Otros que representaron a pequeños agricultores expresaron también que su opinión no había sido tenida en cuenta.
  • Las personas que tomaron roles no-humanos participaron muy activamente. Obviamente traían una interpretación personal de cómo se sentía o actuaba el personaje concreto. Esto se enmarca en un amplio debate sobre cómo traer las voces no humanas a espacios deliberativos y a proyectos de investigación. Mi impresión es que el que sean personas las que los traen es bastante problemático, tal como se señala en la literatura científica al respecto. Sin embargo las reflexiones que trajeron fueron interesantes y también divertidas en el contexto de un curso.
  • La voz más difícil de representar es quizás la de la laguna, y a la vez la más importante ahora que tiene personalidad jurídica y se está creando una estructura de gobernanza para defender sus derechos. Hubo reflexiones sobre qué es la dignidad de la laguna, sobre quién puede representar su voz o defender sus derechos.

Muchos hilos de los que seguir tirando para futuras Asambleas Ciudadanas Multi-Especies.

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De la tierra al mar: un relato sobre la transformación del Mar Menor (IV)

En el marco de nuestra tesis doctoral (Paula ) y proyecto post-doctoral (Violeta) estamos desarrollando un proceso de investigación-acción dirigido a la construcción colectiva de conocimiento como medio para aportar a la transformación de la crisis socio-ecológica del Mar Menor. Desde una perspectiva feminista, nuestra investigación de tres años busca generar un espacio de reflexión con actores sociales cuyas voces no necesariamente se reflejan en el debate público, aún cuando son los más afectados.

Durante nuestro primer año de trabajo realizamos un diagnóstico con énfasis en la dimensión social de la crisis eutrófica de la laguna. Fue así como Violeta realizó un análisis de la incertidumbres y controversias que existen sobre las causas que subyacen dicha crisis; mientras que Paula entrevistó a 30 personas que viven en el territorio del Mar Menor y que tienen diferentes miradas sobre lo que ha pasado: pescadores, pequeños agricultores, trabajadores migrantes agrarios, técnicos agrarios, personas que se dedican al sector turístico, habitantes de la laguna y activistas implicadas en los colectivos en defensa de la laguna. A partir de estas entrevistas construimos tres relatos complementarios: Uno desde la perspectiva de los pequeños agricultores y sobre el Campo de Cartagena y, dos sobre el Mar Menor, recogiendo la visión de los pescadores y el sector turístico, y la de los activistas. Estos relatos fueron compartidos en 3 grupos focales donde 15 de las personas entrevistadas nos ayudaron a corregirlos y mejorarlos. Luego tejimos los tres relatos en uno que creemos representa una mirada integradora del Campo de Cartagena y la laguna del Mar Menor, y que invita a repensar este territorio en colectivo desde el diálogo y el respeto a las diferentes posturas. Finalmente, las artistas Lorna Biermann y Raquel Meyers nos ayudaron a darle vida gráfica y auditiva. 

Aquí puedes escuchar la historia

Además, el relato puede leerse aquí y verse en formato gráfico aquí.

“El Mar Menor. Un relato colectivo” no pretende dar una explicación exhaustiva de los procesos socio-ecológicos del Mar Menor, ni asemejarse a una verdad objetiva. Es una tela de araña compuesta de las voces y experiencias de las personas participantes con la mediación de las investigadoras y artistas que han ayudado a transformarlo en otros formatos. No todas las voces existentes en el Mar Menor están presentes en él. Por ejemplo, no hemos entrevistado a representantes de las grandes empresas de producción y exportación agraria, ni a los que toman las decisiones desde las instituciones, ni tampoco a los peces, caballitos y otros habitantes no-humanos de la laguna. Es un punto de partida para abrir canales de comunicación que esperamos seguir ampliando.

Agradecemos profundamente a las personas que generosamente han compartido su tiempo y conocimiento para construir el relato y a aquellas que nos han ayudado a encontrar a los y las participantes. También a financiación recibida por el Ministerio de Ciencia e Innovación a través del programa Juan de la Cierva (MCIN/AEI/10.13039/501100011033); el programa María de Maeztu de acreditación de excelencia 2018-2022 (MDM-2017-0714); el Gobierno Vasco a través del programa BERC 2022-2025; y la Comisión Europea a través del programa de investigación e innovación Horizonte 2020, Red de Entrenamiento e Innovación Marie Skłodowska-Curie ‘NEWAVE – Next Water Governance’ bajo el acuerdo de financiación No. 861509”.

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Podcast en Sendas para la Transición Ecológica

Estuve charlando con Pablo Rodríguez Ros en uno de los capítulos del podcast que está coordinando sobre Sendas para la Transición Ecológica. Hablamos de democratización del conocimiento, de gobernanza y legitimidad de la ciencia en un contexto de posverdad, de la necesidad de componer múltiples saberes y de más conocimiento social en la mal llamada transición ecológica, pues en realidad es una transición social.

Para escuchar este y otros capítulos de Sendas:

@pablorros_

@podcastidae

@SendasPodcast #SendasPodcast .

Spotify: https://open.spotify.com/show/0Xmh86iVifNCS0BVQnWBii

Ivoox: https://go.ivoox.com/sq/1548885

Spreaker: https://spreaker.com/show/sendas_1